jueves, 13 de mayo de 2010

La situación de los sacramentos de la primera Comunión y de la Confirmación

Buscando completar el estupendo libro que nos recomendó José Manuel hace un par de días, he dado con una reflexión del Santo Padre que viene al hilo de la problemática de las catequesis en los tiempos actuales.

Se trata de una respuesta a un sacerdote de la diocesis de Bolzano-Brassanone en el encuentro mantenido con los sacerdotes de la diócesis el 8 de agosto del 2008, durante sus vacaciones estivales. La pregunta era:

Santo Padre, soy Paolo Rizzi, párroco y profesor de teología en el Instituto superior de ciencias religiosas. Nos gustaría saber su opinión pastoral sobre la situación de los sacramentos de la primera Comunión y de la Confirmación. Cada vez con mayor frecuencia, los niños, los muchachos y las muchachas que reciben estos sacramentos se preparan con empeño por lo que se refiere a los encuentros de catequesis, pero no participan en la Eucaristía dominical. Entonces cabe preguntarse: ¿qué sentido tiene todo esto? A veces sentimos la tentación de decir: "Entonces, mejor quedaos en vuestra casa". En cambio, se los sigue aceptando, como siempre, pensando que en cualquier caso es mejor no apagar el pabilo de la llamita que tiembla. Es decir, se piensa que, de cualquier modo, el don del Espíritu puede influir más allá de lo que vemos y que en una época de transición como esta es más prudente no tomar decisiones drásticas. Más en general, hace treinta o treinta y cinco años yo creía que nos estábamos encaminando a ser un pequeño rebaño, una comunidad de minoría, más o menos en toda Europa; y que, por consiguiente, se debería dar los sacramentos sólo a quienes se comprometen verdaderamente en la vida cristiana. Luego, entre otras razones por el estilo del pontificado de Juan Pablo II, he reconsiderado la situación. Si se pueden hacer previsiones para el futuro, ¿qué piensa usted? ¿Qué actitudes pastorales nos puede indicar? Gracias.

Para leer la respuesta del Santo Padre... pulsa en el siguiente enlace:

(Ver más...)


3 comentarios:

José Manuel Salado Natera dijo...

Perfecto planteamiento de la cuestión.Nosotros no somos tan doctos pero si que podemos aportar algo al tema desde nuestra experiencia y vivencia en la capilla, un abrazo y gracias por tu aportación

Miserere mei Domine dijo...

De nada... cada cual aporta su granito de arena... que es lo bonito :).

Lo que me ha gustado más, es la referencia a que el objetivo de evangelización excede a los propios niños y se extiende a toda la familia.. padres y hermanos.

Un abrazo :)

Francisco J. Páez dijo...

Me parece muy acertada la respuesta, sobre todo en lo concerniente a los padres. Si ellos no están convencidos lo mas seguro es que esa llamita encendida en los niños se vaya apagando poco a poco. Por eso es tan importante la catequesis a los padres y creo que habría que apoyarla y reforzarla, sobre todo en formación en aquellas personas que humildemente ponemos nuestro granito de arena.
Un abrazo..