Mostrando entradas con la etiqueta Benedicto XVI. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Benedicto XVI. Mostrar todas las entradas

miércoles, 6 de marzo de 2013

Discurso integro del Papa en su última audiencia


                                               
 Ciudad de Vaticano.  27 de Febrero de 2013

“¡Venerados hermanos en el Episcopado! ¡Distinguidas autoridades! ¡Queridos hermanos y hermanas!

Os agradezco por haber venido tan numerosos  a esta última audiencia general de mi pontificado.

Como el apóstol Pablo en el texto bíblico que hemos escuchado, también yo siento en mi corazón el deber sobre todo de agradecer a Dios, que guía y hace crecer a la Iglesia, que siembra su Palabra y así alimenta la fe de su pueblo.

En este momento mi ánimo se extiende para abrazar a toda la Iglesia difundida en el mundo y doy gracias a Dios por las “noticias” que en estos años del ministerio petrino he podido recibir acerca de la fe en el Señor Jesucristo y de la caridad que está en el cuerpo de la Iglesia y lo hace vivir en el amor y de la esperanza que nos abre y nos orienta hacia la vida en plenitud, hacia la patria del Cielo.

Siento que he de llevar a todos en la oración en un presente que es el de Dios, donde recojo todo encuentro, todo viaje, toda visita pastoral. Todo y a todos los recojo en la oración para confiarlos al Señor porque tenemos pleno conocimiento de su voluntad, con toda sabiduría e inteligencia espiritual, y porque podemos comportarnos de manera digna de Él, de su amor, dando fruto en toda obra buena (cfr. Col 1,9-10)

lunes, 25 de febrero de 2013

Último Ángelus de Benedicto XVI. Domingo 24/02/2013


Queridos hermanos y hermanas:                          

En el segundo domingo de Cuaresma la Liturgia  nos presenta siempre el Evangelio de la Transfiguración  del Señor. El evangelista Lucas resalta de modo particular el hecho de que Jesús se transfiguró mientras oraba: la suya es una experiencia profunda de relación con el Padre durante una especie de retiro espiritual que Jesús vive en un monte alto en compañía de Pedro Santiago y Juan, los tres discípulos siempre presentes en los momentos de la manifestación divina del Maestro (Lc 5, 10; 8, 51; 9,28).  El Señor, que poco antes había preanunciado su muerte y resurrección (9, 22), ofrece a los discípulos un anticipo de su gloria. Y también la transfiguración, como en el bautismo, resuena la voz del Padre celestial: “”Este es  mijo, mi Elegido; escúchenlo”” (9, 35). Además, la presencia de Moisés y Elías, que representan la Ley y los Profetas de la Antigua Alianza, es sumamente significativa: toda la historia de la Alianza está orientada hacia Él, hacia Cristo, quien realiza un nuevo “”éxodo”” (9, 31), no hacia la tierra prometida en tiempos de Moisés, sino hacia el Cielo. La intervención de Pedro: “¡Maestro, que bello estar aquí!” (9,33) representa el intento imposible de demorar tal experiencia mística.  Comenta San Agustín: ““[Pedro]… en el monte…tenía a Cristo como alimento del alma. ¿Por qué habría que descender para regresar a las fatigas y a los dolores, mientras allá arriba estaba lleno de sentimientos de santo amor hacia Dios que le inspiraban, por tanto, una santa conducta?”” (Discurso 78, 3).Meditando este pasaje del Evangelio, podemos aprender una enseñanza muy importante. Ante todo, la primicia de la oración, sin la cual todo el empeño del apostolado y de la caridad se reduce a activismo. En la Cuaresma aprendemos a dar el justo tiempo a la oración, personal y comunitaria,  que da trascendencia a nuestra vida espiritual. Además, la oración no es aislarse del mundo y de sus contradicciones, como en el Tabor habría querido Pedro, sino que la oración reconduce al camino, a la acción. “”La existencia cristiana –he escrito en el Mensaje para esta Cuaresma- consiste en un continuo subir al monte del encuentro con Dios para después volver a bajar, trayendo el amor y la fuerza que derivan de éste, a fin de servir a nuestros hermanos y hermanas con el mismo amor de Dios” (n. 3). Queridos hermanos y hermanas, esta Palabra de Dios la siento de modo particular dirigida a mí,  en este momento de mi vida. El Seor me llama a “”subir al monte””,a dedicarme aún más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar la Iglesia, es más, si Dios me pide esto es precisamente para que yo pueda seguir sirviéndola con la misma entrega y el mismo amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero de modo más apto a piedad y a mis fuerzas. Invoquemos la intervención de la Virgen María, que ella nos ayude a todos a seguir siempre al Señor Jesús, en la oración y en la caridad activa.”

Gracias a Maximiliano de la Vega por enviarnos este texto

miércoles, 20 de febrero de 2013

Oración por Benedicto XVI y por el próximo Papa

Nos pide el Señor Obispo que os hagamos llegar esta oración para que pueda ser recitada individualmente o en comunidad, pidiendo al Señor por el Papa Benedicto XVI y por el próximo Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia Universal.

 Guillermo Domínguez Leonsegui, Vicario Gral.

-oOo-

Espíritu Santo que siempre has preparado el camino al Sucesor de Pedro, te pedimos que guardes en tu amor al Papa Benedicto XVI para que siga sirviendo de todo corazón a la Santa Iglesia con su oración y su vida oculta.

Ayúdanos en este tiempo de gracia, a orar con fervor y acoger en el amor a quien nos quieras dar para guiar a tu Iglesia.

Te pedimos especialmente que derrames tu gracia, tu luz y tu amor sobre todos los Cardenales que han de elegir al nuevo Obispo de Roma, Sucesor de Pedro.

Que el nuevo Papa nos presida en la unidad y la caridad, sirva con ardor y gran celo en la apasionante tarea de la Nueva Evangelización.

Unidos con María, Madre de la Iglesia, colocamos bajo su maternal amparo el camino de quien guiará a la comunidad cristiana desde su nuevo Pontificado.

Amén.

martes, 12 de febrero de 2013

Benedicto XVI renuncia al Ministerio Petrino



Ante la sorpresa general, Benedicto XVI ha anunciado este lunes su renuncia al pontificado de obispo de Roma en un encuentro con cardenales y obispos en el Vaticano.
En su breve discurso, pronunciado en latín explicó que la Sede de Pedro quedará vacante a partir del 28 de febrero y que posteriormente se convocará un cónclave para la elección de su sucesor.
“Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”, explicó el Papa en un discurso que ha tomado por sorpresa a la Iglesia universal.
Benedicto XVI, que cumplirá 86 años el 16 de abril y había sido elegido obispo de Roma en cónclave el 19 de abril de 2005, reconoce que “para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado”.
El Papa declara “que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice”.
Benedicto XVI había publicado el 11 de junio de 2007 una carta apostólica en forma de “motu proprio”  con la que restablecía la mayoría de dos tercios de los cardenales electores participantes para la elección de un pontífice.

Las palabras exactas del Papa pueden leerse aquí.
Pueden leer el Mensaje de nuestro Obispo, Mons Zornoza, ha realizado por la renuncia del Papa: aquí

jueves, 27 de diciembre de 2012

Las Etapas de la Revelación

Me he extendido en hacer memoria de la acción de Dios en la historia del hombre para mostrar las etapas de ese gran designio del amor del que dan fe el Antiguo y el Nuevo Testamento: un único designio de salvación dirigido a toda la humanidad, revelado y realizado progresivamente por el poder de Dios, en el que este siempre reacciona ante las respuestas del hombre y halla nuevos inicios de alianza cuando el hombre se extravía. Esto es fundamental para el camino de fe. […] …dios no se ha ido del mundo, no está ausente, no nos ha abandonado a nosotros mismos, sino que sale a nuestro encuentro de diferentes maneras que debemos aprender a discernir. Y también nosotros, con nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad, estamos llamados cada día a reconocer y a testimoniar esta presencia en el mundo a menudo superficial y distraído, y a procurar que resplandezca en nuestra vida la luz que iluminó la cueva de Belén”. 


Audiencia general de Benedicto XVI del miércoles 12 de diciembre de 2012 
Tomado de la Revista ECCLESIA nº 3.654 -22-12-2012
Gracias a Maximiliano de la Vega por enviarnos este texto

jueves, 15 de noviembre de 2012

El Concilio Vaticano II, Acontecimiento Luminoso

Audiencia general de Benedicto XVI del miércoles 10 de Octubre  2012


A continuación tienen el texto de la audiencia, que nos ha remitido amablemente Maximiliano de la Vega. Gracias

jueves, 25 de octubre de 2012

El matrimonio cristiano, signo que habla de Dios.


El tema del matrimonio, que nos propone el Evangelio y la primera lectura, (se refiere a las lecturas del día) merece en este sentido una mención especial. 

viernes, 29 de junio de 2012

PROPORCIONAR A LOS JÓVENES UNA SANA EDUCACIÓN EN LA FE

Discurso de Benedicto XVI a los obispos de la Conferencia Episcopal de las Estados Unidos de América (regiones X-XI-XII-XIII) con ocasión de la visita “ad limina Apostolorum” (5/5/2012) […] 

Por lo que respecta a la educación superior, muchos de vosotros habéis señalado un reconocimiento creciente, por parte de las universidades católicas, de la necesidad de reafirmar su identidad distintiva, con fidelidad a sus ideales fundacionales y a la misión de la Iglesia al servicio del Evangelio. Mucho es, sin embargo, lo que aun queda por hacer, especialmente en áreas tan importantes como el acatamiento del mandato que el canon 812 establece para los docentes de disciplinas teológicas. La importancia de esta norma canónica como expresión tangible de la comunión y de la solidaridad eclesial en el apostolado educativo de la Iglesia resulta tanto más evidente si se considera la confusión creada por casos de disidencia aparente entre algunos representantes de instituciones católicas y la dirección pastoral de la Iglesia. Semejante discordia perjudica al testimonio de la Iglesia, y puede ser fácilmente explotada –como la experiencia ha señalado- para poner en entredicho su autoridad y su libertad.

martes, 6 de marzo de 2012

Buscar un tiempo para detenerse a orar cada día. Mensaje del Papa



Benedicto XVI
“El momento de la transfiguración del Señor, que nos relata el Evangelio de hoy, es una invitación a poner los ojos en el esplendor de la gloria divina, que Jesús nos ha traído y hacia la cual hemos de caminar, siguiendo sus palabras y su ejemplo”. 

El Papa dijo que la Cuaresma es un tiempo de sacrificio y de preparación para la Pascua. Por eso aconsejó buscar cada día un momento para la oración. 

Benedicto XVI
“Que en este tiempo de Cuaresma, todos nos sintamos animados por la gloria de la Pascua, y fortalecidos por la Palabra de Dios en el camino de conversión para llegar a ella”. 

Este ha sido el primer ángelus tras los seis días de retiro espiritual que ha hecho el Papa en la capilla Redemptoris Mater del Vaticano. Antes del ángelus, Benedicto XVI celebró una misa en la parroquia romana de San Giovanni Battista de La Salle.


jueves, 13 de mayo de 2010

La situación de los sacramentos de la primera Comunión y de la Confirmación

Buscando completar el estupendo libro que nos recomendó José Manuel hace un par de días, he dado con una reflexión del Santo Padre que viene al hilo de la problemática de las catequesis en los tiempos actuales.

Se trata de una respuesta a un sacerdote de la diocesis de Bolzano-Brassanone en el encuentro mantenido con los sacerdotes de la diócesis el 8 de agosto del 2008, durante sus vacaciones estivales. La pregunta era:

Santo Padre, soy Paolo Rizzi, párroco y profesor de teología en el Instituto superior de ciencias religiosas. Nos gustaría saber su opinión pastoral sobre la situación de los sacramentos de la primera Comunión y de la Confirmación. Cada vez con mayor frecuencia, los niños, los muchachos y las muchachas que reciben estos sacramentos se preparan con empeño por lo que se refiere a los encuentros de catequesis, pero no participan en la Eucaristía dominical. Entonces cabe preguntarse: ¿qué sentido tiene todo esto? A veces sentimos la tentación de decir: "Entonces, mejor quedaos en vuestra casa". En cambio, se los sigue aceptando, como siempre, pensando que en cualquier caso es mejor no apagar el pabilo de la llamita que tiembla. Es decir, se piensa que, de cualquier modo, el don del Espíritu puede influir más allá de lo que vemos y que en una época de transición como esta es más prudente no tomar decisiones drásticas. Más en general, hace treinta o treinta y cinco años yo creía que nos estábamos encaminando a ser un pequeño rebaño, una comunidad de minoría, más o menos en toda Europa; y que, por consiguiente, se debería dar los sacramentos sólo a quienes se comprometen verdaderamente en la vida cristiana. Luego, entre otras razones por el estilo del pontificado de Juan Pablo II, he reconsiderado la situación. Si se pueden hacer previsiones para el futuro, ¿qué piensa usted? ¿Qué actitudes pastorales nos puede indicar? Gracias.

Para leer la respuesta del Santo Padre... pulsa en el siguiente enlace:

(Ver más...)


martes, 16 de marzo de 2010

Mensaje del Papa para la Cuaresma 2010

«Cada año, con ocasión de la Cuaresma, la Iglesia nos invita a una sincera revisión de nuestra vida a la luz de las enseñanzas evangélicas. Este año quiero proponeros algunas reflexiones sobre el vasto tema de la justicia, partiendo de la afirmación paulina: «La justicia de Dios se ha manifestado por la fe en Jesucristo» (cf. Rm 3,21-22).»

«¿Cuál es, pues, la justicia de Cristo? Es, ante todo, la justicia que viene de la gracia, donde no es el hombre que repara, se cura a sí mismo y a los demás. El hecho de que la “propiciación” tenga lugar en la “sangre” de Jesús significa que no son los sacrificios del hombre los que le libran del peso de las culpas, sino el gesto del amor de Dios que se abre hasta el extremo, hasta aceptar en sí mismo la “maldición” que corresponde al hombre, a fin de transmitirle en cambio la “bendición” que corresponde a Dios (cf. Ga 3,13-14)»