“Me he extendido en hacer memoria de la acción de Dios en la historia del hombre para mostrar las etapas de ese gran designio del amor del que dan fe el Antiguo y el Nuevo Testamento: un único designio de salvación dirigido a toda la humanidad, revelado y realizado progresivamente por el poder de Dios, en el que este siempre reacciona ante las respuestas del hombre y halla nuevos inicios de alianza cuando el hombre se extravía. Esto es fundamental para el camino de fe. […]
…dios no se ha ido del mundo, no está ausente, no nos ha abandonado a nosotros mismos, sino que sale a nuestro encuentro de diferentes maneras que debemos aprender a discernir. Y también nosotros, con nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad, estamos llamados cada día a reconocer y a testimoniar esta presencia en el mundo a menudo superficial y distraído, y a procurar que resplandezca en nuestra vida la luz que iluminó la cueva de Belén”.
Audiencia general de Benedicto XVI del miércoles 12 de diciembre de 2012
Tomado de la Revista ECCLESIA nº 3.654 -22-12-2012
Gracias a Maximiliano de la Vega por enviarnos este texto
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