El pasado puente de Andalucía, un grupo de jóvenes de la Parroquia y del Colegio San Agustín, pertenecientes todos a las Juventudes Agustinos Recoletas, nos concentramos en Guadalajara en la anual convivencia con el resto de jóvenes de la JAR de nuestra provincia de San Nicolás de Tolentino.
En esta ocasión, al encuentro sólo acudimos los jóvenes de Chiclana y los de Zaragoza, pero siendo así una convivencia con menor número de participantes y más familiar en todos los aspectos.
La cita también ha servido para que los andaluces, que teníamos 6 días de vacaciones, pudiésemos aprovechar el viaje y conocer la ciudad de Madrid además de la convivencia.
De este modo, el viernes partimos hacia Madrid, donde pasamos unas horas en la capital de nuestro país contemplando muy rápidamente varios monumentos del centro histórico y más tarde llegamos a Guadalajara, donde muy gustosamente nos acogieron los Agustinos Recoletos de allí en su colegio. El sábado, tras varias dinámicas de trabajo sobre el lema de este año "No te quedes en la piel" visitamos la monumental ciudad de Alcalá de Henares, en la que destaca su centro histórico, la Universidad, así como la casa natal de Miguel de Cervantes. Ya el domingo, preparamos durante la mañana la eucaristía y tras el almuerzo, lo menos agradable de la convivencia, la despedida de nuestros compañeros de Zaragoza, en la que hubo algunas lagrimillas de por medio. Por la tarde visitamos el centro histórico de Guadalajara y a dormir tempranito porque al otro día temprano nos esperaba el camino de vuelta, no sin antes pasar la mañana en Madrid.
El encuentro fue una experiencia única, donde todos, catequistas y alumnos, tuvimos la oportunidad de conocer a los demás, a nosotros mismos y un poquito más a Dios. Hemos aprendido en no quedarnos en las apariencias, en ir más allá buscando lo que cada uno tiene en su interior. Toda una serie de sensaciones y hechos que nos llevan más a Dios; un acontecimiento que una vez más, todos los jóvenes de Chiclana se lo debemos a la dedicación de nuestro párroco, el Padre Santi, ya que sin su dedicación a los jóvenes y su paciencia con nosotros, nada de esto hubiese sido posible.
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