lunes, 5 de marzo de 2012

El delito está en la voluntad, no en la necesidad. El inicio del pecado está en la voluntad. Y donde está el inicio del pecado, allí está el inicio ya de hacer el mal contra un precepto justo, ya de padecerlo, conforme a un justo juicio (San Agustín, Contra Fausto 22,22)

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