“Entre los desafíos de nuestra época, la educación ocupa un lugar prioritario. La evolución de las formas de vida crea rupturas culturales y espirituales sin precedentes en la historia de la Humanidad. Las redes sociales tienden a sustituir a las áreas naturales de socialización, a menudo convirtiéndose en el único punto de referencia de la información y el conocimiento.
La familia y la escuela no parecen ser ya el terreno fértil, primario y natural, donde las jóvenes generaciones adquieren la savia vital para su existencia.
En los ambientes escolares y académicos, la autoridad de los profesores es cuestionada y, por desgracia, la competencia de alguno de ellos no está libre de sesgo antropológico.
Las escuelas y universidades parecen haberse vuelto incapaces de proyectos creativos que comporten una teleología trascendental capaz de atraer a los jóvenes en su ser más profundo, y ellos, preocupados por su futuro, son tentados por la cultura del menor esfuerzo y del éxito fácil. Los absolutos no han sido capaces de darles puntos de referencia.
No se debe olvidar el derecho a una educación en valores justos. Ese deber nunca debe ser truncado por interés político. Es necesario educar en la verdad sobre el hombre, sobre la creación, sobre las instituciones. Los jóvenes necesitan hoy más que nunca ser educados en el sentido del esfuerzo. Tienen que aprender que todo acto de la persona debe ser responsable y coherente con su deseo de infinito, y que este acto forma parte de su crecimiento de cara a la formación de una Humanidad cada vez más fraterna y libre de tentaciones individualistas y materialistas.”
Benedicto XVI. –Discurso a un grupo de nuevos embajadores- 13-12-2012
Gracias a Maximiliano de la Vega por enviarnos este texto
No hay comentarios:
Publicar un comentario