martes, 5 de junio de 2012

Cree en el Crucificado y podrás llegar al término. Por ti fue crucificado. Quiso darte lecciones de humildad. Si hubiera venido como Dios, nadie lo hubiera recibido como tal. Su venida, como Dios, no seria para quienes no tenían ojos para verlo. Dios, como tal, ni viene ni se va. Está presente en todas partes y no lo encierra lugar alguno. ¿Cómo vino? Como hombre (San Agustín, tratado sobre el Evangelio de San Juan)

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