
Tanto cuando nosotros somos castigados como cuando lo son otros, se nos da un aviso. Todas estas cosas, hermanos, en que somos heridos por el Señor, son avisos y estímulos para nuestra corrección (San Agustín. Sermón 22,3)
Chiclana de la Frontera (Cádiz, España)
No hay comentarios:
Publicar un comentario