sábado, 31 de diciembre de 2011

Al corazón siguen las manos; las manos sirven a su corazón; se piensa y se hace. Si no se obra, no es porque no queramos, sino porque no podemos. Todo lo que quieres y no puedes hacerlo, Dios te lo imputa por ejecutado (San Agustín Comentario al Salmo 57,4).

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