El domingo 10 de julio, fiesta de San Cristóbal, celebra la Iglesia la JORNADA DE RESPONSABILIDAD EN EL TRÁFICO. La movilidad es un signo característico de nuestro tiempo. La carretera no es un fin en sí misma, sino un lugar de tránsito para llegar a una meta concreta. Los profesionales del volante pasan muchas horas en las carreteras y muchos de nosotros también; por lo que tenemos que concienciarnos de hacer la vida agradable y segura. Todos debemos ser responsables cuando nos ponemos al volante.
Este año el lema escogido para la Jornada es el siguiente: “Caminos de encuentro”. Este eslogan se ha elegido pensando en los miles de profesionales del volante - taxistas, transportistas, viajantes, repartidores...- que han hecho de las carreteras y de las calles y plazas los lugares de trabajo y también todos aquellos que, sin ser conductores profesionales, utilizan de manera habitual el vehículo.
2. Jornada Mundial de la Juventud
Nuestro eslogan
“Caminos de encuentro” también tiene presentes a tantos y tantos miles de jóvenes que este verano se van a poner en camino para peregrinar hasta Madrid desde los cinco continentes por medios de transporte y por caminos diferentes, convocados por el Papa Benedicto XVI para la Jornada Mundial de la Juventud. Ellos nos van a recordar de forma alegre que el vehículo y la carretera son instrumentos providenciales para el encuentro con Dios, que en su Hijo Jesucristo, se ha hecho compañero de camino, como le sucedió a los discípulos de Emaús (cf. 24, 13-35). Este hecho nos recuerda que todos somos peregrinos y que Jesucristo es el camino que nos conduce al Padre (cf. Jn 14,6)
3. Defensa de la vida en el tráfico
A los que creemos en el Dios de la vida nos implica de manera singular la defensa de la vida en el tráfico. El Pontificio Consejo para los Emigrantes e itinerantes ha advertido reiteradamente que las muertes por accidentes son un fenómeno global muy preocupante; tanto que se lleva la vida de 3000 personas al día, de los que una sexta parte son niños. Por eso el Papa Benedicto XVI nos ha recordado que “la defensa de la vida exige prudencia en la carretera”, y el catecismo de la Iglesia católica nos advierte que “quienes en estado de embriaguez, o por afición inmoderada de velocidad, ponen en peligro la seguridad de los demás y la suya propia en las carreteras... se hacen gravemente culpables” (n.2. 250). En España hay que felicitarse porque en los últimos años han descendido muy significativamente los accidentes mortales de tráfico. En concreto, del 2001 al 2010 se han reducido un 57%, cosa que nos alegra y nos agrada.
4. Si conduces, sé prudente.
Si eres prudente, conduce; y si conduces, sé prudente. Es decir: ten muy metido en la cabeza algunos principios básicos y trata de ponerlos en práctica.
¿Qué principios? Mencionaré alguno de ellos: “en cuanto más se acreciente el poder del hombre, más amplia ha de ser su responsabilidad” (G.S.35); “No perder la calma” (cf. Jn 14,1). El tiempo nos lo da Dios, y nos lo da en general, con abundancia y para nuestro bien y nuestro desarrollo: sé fiel a la observancia de las normas: piensa en los demás, la preocupación por los que dependen de nosotros, la valoración y servicio al bien común por encima de intereses personales: observar las buenas formas, la amabilidad y la paciencia. No te olvides...
Poseer los principios y aplicarlos a la realidad. ¡De ahí el fundamento de la prudencia!
5. Encuentro y alegría
A todos los que iniciáis ya el descanso estival os deseo unos días de alegría y de encuentro en vuestros caminos, sin olvidar a aquellos que no pueden gozar de un merecido descanso por razones económicas o de paro.
Que Santa María del Camino, el Ángel de la Guarda, el Arcángel San Rafael y San Cristóbal nos
Reza por vosotros, os quiere y bendice.
+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta
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