lunes, 5 de abril de 2010

Pascua quiere decir...


Pascua quiere decir…

Pascua quiere decir que Dios, nuestro Padre, es bueno.

Él ama a su hijo, Jesús, y no puede permitir que sea machacado por la maldad, la injusticia y la cobardía. Lo levanta de entre los humillados, lo arranca de entre los muertos. Lo saca de la oscuridad de la derrota. Y le convierte en Señor. Le da una vida nueva, más alta, más libre, más transparente. Ya no morirá jamás. En Él, el Padre ha hecho que la muerte tuviera su primer fracaso. En Él, el Padre ha colmado de vida al mundo.

Pascua quiere decir que Jesús, el Crucificado, tenía razón.

Lo que decía, lo que hacía es verdad.
Él, el pobre, ahora inaugura el Reino.
Él, la Humildad, ahora posee la tierra, es el Señor.
Él, que llora, ahora es consolado y otorga a sus amigos su Espíritu, el Consolador.
Él, que sufrió hambre y sed de justicia, ahora es saciado y sacia a los suyos.
Él, el Compasivo, ahora es compadecido.
Él, el limpio de corazón, ahora ve a Dios y en Él vemos a Dios.
Él, el Perseguido por causa de la justicia, ahora es el que va por delante del Reino de la paz y la libertad.

Pascua quiere decir que Dios está a nuestro favor.

Que se ha comprometido para que la liberación de todos los hombres no sea solamente una palabra bonita, para que la lucha por un mundo nuevo no sea sólo un ideal lejano que nunca podremos alcanzar. Cristo lo ha conseguido. Y todos hemos de acercarnos cada día decididamente a ese ideal. La resurrección supone, en Jesús y en nosotros, una insurrección. Insurrección contra todo lo que nos degrada, nos deshumaniza, lo que nos hace inhumanos y nos separa los unos de los otros.

Pascua quiere decir que la mujer no es una persona de segundo orden.

Jesús que quiso nacer de una mujer, quiso también que ellas –las mujeres- fueran las primeras en llevar al mundo la luz de su resurrección. En la primera luz del domingo, se apareció a María Magdalena y a la otra María. Ellas fueron las mensajeras de la vida, las Apóstoles de los Apóstoles, los primeros testimonios del Resucitado.

Pascua quiere decir que el mundo no camina hacia atrás.

Y que la evolución no marcha hacia la nada. Que la Creación no gesta la muerte, sino un futuro mejor, el primer fruto del cual es el Cristo que vive para siempre. Por eso Pascua nos invita a conocer y respetar todo lo que nos rodea. A no malgastar las fuerzas ni el encanto de la naturaleza. Nos estimula a hacerla crecer, a hacerla bonita, a hacerla humana. Quiere que nuestro universo sea un hogar acogedor para todos los hombres.

Pascua quiere decir que la vida es más fuerte que la muerte.

Que el amor es más poderoso que el odio. Que la paz vencerá sobre la guerra. Que la libertad no será nunca estrujada completamente por la opresión. Que la esperanza no puede ser ahogada por el absurdo. Que la inocencia es más potente que la maldad. Que el pecado no tiene la última palabra, sino la gracia. Que los injustos no siempre ganan y que nunca ganan del todo. Y que el tiempo definitivo no es el invierno, sino la primavera.

1 comentario:

Miserere mei Domine dijo...

Estupendo texto Francisco.

Entre el ajetreo cotidiano es fácil olvidarnos de que la Pascua continua unos días más. En concreto cincuenta días entre el Domingo de Pascua de Resurrección y el Domingo de Pentecostés.

En este tiempo profundizamos en todo el misterio pascual... que tiene mucha tela que cortar.

Gracias. Un abrazo :)