Mis queridos diocesanos:
Os anuncio con alegría: ¡Cristo ha resucitado y vive! Os felicito, porque con la resurrección de Jesucristo se os ha abierto una esperanza viva: también vosotros resucitaréis y viviréis.
¡Cristo ha resucitado! Gritemos con alegría esta buena noticia. Sabemos que Jesús ha resucitado a una vida inmortal en favor de todos. Para eso somos cristianos, para decírselo a todos y atestiguar con nuestra vida renovada que Jesús con su resurrección nos ha abierto un camino que desemboca en la vida inagotable con Dios.
Los cristianos seguimos afirmando nuestra esperanza en Cristo resucitado. Lo hacemos sin jactancia, porque tanto la resurrección como la esperanza en ella son pura gracia del amor de Dios. Quisiéramos que todos participaran de nuestra esperanza, pero nadie tema que buscamos someter su libertad, pues sabemos muy bien que Dios quiere y busca la respuesta de los hombres a su amor.
¡Cristo ha resucitado! Resucitemos con Él a una vida nueva, que deja atrás este mundo viejo destinado a pasar, que se debate en interminables contradicciones. Cristo nos ha enseñado esa forma nueva de vida y, como fruto de su resurrección, nos ha dado su Espíritu, que nos ofrece una nueva libertad para asimilar ese nuevo modo de vivir.
Es algo maravilloso haber sido elegidos por Dios para custodiar la esperanza en el mundo. Particularmente en nuestro tiempo donde muchos hombres y mujeres, sin salida y desesperanzados, aguardan nuestro testimonio de la resurrección y de la vida.
¡Feliz Pascua de Resurrección 2010!
Os anuncio con alegría: ¡Cristo ha resucitado y vive! Os felicito, porque con la resurrección de Jesucristo se os ha abierto una esperanza viva: también vosotros resucitaréis y viviréis.
¡Cristo ha resucitado! Gritemos con alegría esta buena noticia. Sabemos que Jesús ha resucitado a una vida inmortal en favor de todos. Para eso somos cristianos, para decírselo a todos y atestiguar con nuestra vida renovada que Jesús con su resurrección nos ha abierto un camino que desemboca en la vida inagotable con Dios.
Los cristianos seguimos afirmando nuestra esperanza en Cristo resucitado. Lo hacemos sin jactancia, porque tanto la resurrección como la esperanza en ella son pura gracia del amor de Dios. Quisiéramos que todos participaran de nuestra esperanza, pero nadie tema que buscamos someter su libertad, pues sabemos muy bien que Dios quiere y busca la respuesta de los hombres a su amor.
¡Cristo ha resucitado! Resucitemos con Él a una vida nueva, que deja atrás este mundo viejo destinado a pasar, que se debate en interminables contradicciones. Cristo nos ha enseñado esa forma nueva de vida y, como fruto de su resurrección, nos ha dado su Espíritu, que nos ofrece una nueva libertad para asimilar ese nuevo modo de vivir.
Es algo maravilloso haber sido elegidos por Dios para custodiar la esperanza en el mundo. Particularmente en nuestro tiempo donde muchos hombres y mujeres, sin salida y desesperanzados, aguardan nuestro testimonio de la resurrección y de la vida.
¡Feliz Pascua de Resurrección 2010!
+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta
Carta original-> Pulsa
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