jueves, 4 de marzo de 2010

La Cuaresma tiene mala Prensa


La Cuaresma tiene mala Prensa

La Cuaresma tiene mala prensa. Parece que sea un tiempo de tristeza, de depresión, de privaciones impuestas. Como si después de la fiesta en libertad del Carnaval, la penitencia cuaresmal quisiera compensarlo.

Lo sorprendente es que no sólo suele verse así por quienes están alejados de la comunidad cristiana, sino que también con frecuencia desde dentro de ella tendemos a considerarla así. No la vemos como un tiempo de ilusión esperanzada como el Adviento, por ejemplo. Sino como un paréntesis sin horizonte. Aunque admitamos que es importante para la vida del cristiano, nos cuesta entender el sentido hondo de esta importancia.

Por eso, la apuesta, es descubrir la Cuaresma.

Lo fundamental para vivir, para celebrar, también para ayudar a celebrar estas semanas cuaresmales, es borrar y superar esta deficiente compresión. Y descubrir que es todo lo contrario. Que no es un tiempo cerrado en sí mismo sino abierto a la Pascua, que no es un paréntesis sino un camino. Que si se nos pide un esfuerzo es para abrirnos más radicalmente a la gran alegría de lo que expresa la Pascua: el amor sin límites, salvador y renovador, de Dios. Es verdad que es un tiempo de penitencia, no significa propiamente imponerse castigos sino convertirse, es decir, abrirse a la gran verdad, al gran amor, a la gran esperanza que es Dios, el Padre que nos ha revelado y comunicado Jesús, quiere vivir en nosotros por su Espíritu.

Por eso, no es de extrañar que el prefacio primero de Cuaresma nos hable de lo que la define: el anhelo de la celebración de la Pascua. Algo que nos causa alegría y nos pide conversión de corazón. Que nos pide abrirnos más, mucho más, al amor de Dios y al servicio de los hermanos. Y cuya meta es avanzar en la comunión filial con Dios, un camino que se basa y se expresa en la celebración de los sacramentos que dan vida nueva.

Concedes a tus hijos anhelar, año tras año, la celebración de la Pascua, con alegría y conversión de corazón. Para que, dedicados con mayor entrega a la oración y al servicio de los hermanos, lleguemos a ser con mayor plenitud hijos tuyos con la celebración de los sacramentos que nos dan nueva vida. (Según el prefacio I de Cuaresma)

2 comentarios:

Miserere mei Domine dijo...

Cierto, la cuaresma tiene mala prensa. Como en muchas otras cuestiones, es la incomprensión lo que nos lleva a etiquetar, como innecesario, lo que no entendemos.

Empezando con el mismo significado de la palabra sacrificio... que se asocia con hacer algo desagradable por el gusto de hacerlo. ¿Masoquismo? Me temo que no van por allí los tiros.

Sacrificio es toda acción que nos acerca a Dios. Sacrificio proviene del latín: Sacrum facere: acción que hace (crea) sacralidad (unión con Dios)... y acercarse a Dios no es nunca desagradable, aunque conlleve un esfuerzo. Al menos no más esfuerzo que pasarse las horas en el gimnasio para estar en forma.

Saludos :)

Erec Sión dijo...

No se trata sólo de la dimensión religiosa sino también de la actitud. El hecho de no tomar carne los viernes de cuaresma resulta "sorprendente" para el común de las personas que nos rodean.