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Chiclana de la Frontera (Cádiz, España)
jueves, 28 de octubre de 2010
miércoles, 27 de octubre de 2010
HOJA DE CANTOS PARA LA EUCARISTÍA
Os dejo la hoja con cantos que vamos a ir ensayando al comienzo de cada eucaristía. La entregaremos un poco antes de la misa para que todos tengamos la letra y podemos aprender más rápidamente el canto. Le he pedido a Santi que fotocopie algunas por lo que este domingo las repartiremos. Eso eso o quieta que la podamos llevar desde aquí pues os la podéis en el enlace que os podré a continuación.
He puesto los más significativos y he obviado los que ya sabemos así que venga, como dice San Agustín, quien canta reza dos veces. Os podéis descargar la hoja en el siguiente enlace.
He puesto los más significativos y he obviado los que ya sabemos así que venga, como dice San Agustín, quien canta reza dos veces. Os podéis descargar la hoja en el siguiente enlace.
domingo, 24 de octubre de 2010
CATEQUESIS DE PADRES
viernes, 22 de octubre de 2010
FECHAS BAUTISMOS
NOVIEMBRE
Día 20 a las 5 de la tardeDía 27 a las 12 de la mañana
DICIEMBRE :
Día 4 a las 12 de la mañana
martes, 19 de octubre de 2010
viernes, 15 de octubre de 2010
Catequesis de Confirmación.17.10.10
Carta pastoral: Domund 2010
CARTA PASTORAL DOMUND 2010
QUEREMOS VER A JESÚS
QUEREMOS VER A JESÚS
Mis queridos diocesanos:
(Seguir leyendo..)
1. Queremos ver a Jesús
La misma petición que algunos griegos presentan al apóstol Felipe resuena también hoy en nuestro corazón en este Día del Domund. El hombre del siglo XXI, como aquellos peregrinos griegos hace dos mil años, también nos grita y nos pide que quiere ver a Jesús, no sólo que le hablemos de Jesús, sino que le hagamos ver a Jesús. Que el rostro de Jesús resplandezca en todo el mundo y sea conocido por todas las gentes.
2. Id también vosotros a mi viña
Este día los protagonistas no son solo nuestros misioneros. Este día nos recuerda el mandato misionero que hemos recibido todos los bautizados y la Iglesia entera. La Iglesia es misionera por naturaleza (Ad gentes, 2). Dice el Papa en el Mensaje de este año: De hecho, la conciencia de la llamada a anunciar el Evangelio estimula no solo a cada uno de los fieles, sino a todas las comunidades diocesanas y parroquiales, a una renovación integral y a abrirse cada vez más a la cooperación misionera entre las Iglesias, para promover el anuncio del Evangelio en el corazón de cada persona, de todo el pueblo, cultura, raza, nacionalidad, y en todas las latitudes (Mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Misiones 2010). Esta conciencia misionera se alimenta en la Diócesis y concretamente en nuestra Iglesia de Cádiz y Ceuta.
3. Ser misionero de una Iglesia particular
El Papa Benedicto XVI nos invita, pues, a una cooperación misionera entre las Iglesias para promover el anuncio del Evangelio en el corazón de cada persona. De ahí que el misionero no es una figura aislada, ni es un héroe arriesgado que emprende una actividad particular privada. Como han resaltado, desde el Concilio Vaticano II, todos los documentos oficiales de la Iglesia, el misionero es, ante todo, un miembro de una comunidad eclesial, un enviado de una Iglesia particular.
Por eso, en nuestros misioneros estamos implicados cada uno de nosotros. Su actividad, siempre arriesgada y tantas veces heroica, es algo muy importante para cada uno de nosotros. Todos nosotros, en cuanto bautizados y miembros de la Iglesia, hemos recibido la tarea, el gozo y la misión de comunicar la salvación que hemos experimentado, de dar a conocer a Jesús y proclamar el Reino de Dios en todas las regiones de la tierra, de extender la Iglesia y dar origen a nuevas comunidades eclesiales. Este mandato misionero compete a cada uno según el ministerio o misión que desempeña en la Iglesia: a mi como obispo, y a vosotros como laicos, religiosos o sacerdotes.
4. Gran satisfacción
Es una gran satisfacción comprobar cómo muchos miembros de nuestra Iglesia han asumido de un modo más estricto y directo esa tarea de todos. En su opción y en su compromiso son los canales por los que se expande la energía evangelizadora de todos nosotros como Iglesia. Son signo y realización de nuestra obligación evangelizadora. Ellos dan respuesta al deseo de muchos niños, adolescentes, jóvenes y adultos que gritan: ¡Queremos ver a Jesús!
5. Nuestra Iglesia Diocesana está abierta
Gracias a ellos podemos decir que nosotros, como Iglesia de Cádiz y Ceuta, somos comunidad abierta. Más aún, somos una comunidad generosamente entregada a la comunidad con las otras iglesias y con todos los hombres. Los misioneros y misioneras son por ello nuestro orgullo. Gracias a ellos nos podemos sentir orgullosos porque bajo la acción de la gracia de Dios, nuestra Iglesia llega a todas las partes del mundo.
Nuestra Iglesia llega allí donde llegan nuestros misioneros. Entonces podemos pensar que al mismo tiempo que damos respuesta al grito de queremos ver a Jesús, proclamamos cuántas lágrimas hemos contribuido a secar, cuántos pecados han sido perdonados, cuánta reconciliación ha sido celebrada, cuántas comunidades han sido congregadas, cuántas miserias han sido mitigadas y aliviadas, y cuántas personas hambrientas han sido saciadas y atendidas. Nos podemos sentir ciertamente muy cercanos a las necesidades, esperanzas y sufrimientos de tantos hombres y mujeres de quienes nos sentíamos lejanos.
6. Compromiso de cara al futuro
Esta satisfacción, al mismo tiempo que nos enorgullece y nos empuja al agradecimiento debe despertar inevitablemente nuestra responsabilidad y nuestro compromiso de cara al futuro. Entre todos debemos hacer posible que algo tan hermoso siga adelante. Ello depende de nuestra propia fidelidad y por eso de nuestra capacidad de promover nuevas vocaciones misioneras y seguir apoyándolas y valorándolas. En este día del Domund debemos tener un recuerdo especial de los misioneros que trabajan en todo el mundo, pero sobre todo los que trabajan en los países de América. Concretamente del Padre Antonio Diufain que trabaja en Perú, en la Diócesis de Moyobamba.
7. Oración y colaboración económica
Hoy, al recordar a todos nuestros misioneros, debemos sentirnos más urgidos a la oración, porque es la que mejor facilita la comunión y la cercanía. La oración hace que en Dios nos descubramos particularmente unidos todos los que trabajamos en la evangelización del mundo. Esto nos recuerda la obligación que todos tenemos de acoger la llamada misionera que el Señor suscita en el corazón de los jóvenes. Particularmente los padres, los educadores y formadores y los mismos jóvenes deben ser consciente de la responsabilidad que les incumbe a este respecto.
Finalmente, tampoco podemos olvidar las necesidades económicas de nuestros misioneros. Sus necesidades son muchas. Y si todos tenemos obligación de compartir con quienes poseen menos que nosotros en esta situación económica y de paro, hoy aparece ante nosotros los misioneros y las grandes necesidades de los países de misión. Por eso la colecta de este día adquiere un relieve especial, de disposición de voluntad de compartir nuestros bienes con todos los hombres, incluso con los más alejados de nosotros.
8. María, Estrella de la Evangelización
Miremos a la Virgen María como modelo supremo de entrega a la evangelización. Ella orientó toda su vida a comunicar al mundo entero al mismo Salvador. Bajo su mirada y con su ayuda nosotros también estamos invitados a seguir desarrollando el mismo plan de salvación en favor de todos los hombres, anunciando y dando a conocer a Nuestro Señor Jesucristo, y así a responder al grito de muchas gentes: ¡Queremos ver a Jesús!
Reza por vosotros, os quiere y bendice,
+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta
Cádiz, 11 de octubre de 2010.
Con gran alegría me dirijo a vosotros para invitaros a celebrar con gozo la fiesta eclesial del Domund, con el siguiente lema: Queremos ver a Jesús (Jn 12,21). Un año más la Jornada Mundial de las Misiones nos ofrece la ocasión de renovar nuestro compromiso de conocer a Jesús y darlo a conocer, y así cooperar a la causa misionera de la Iglesia y a intensificar la catequesis permanente de la dimensión evangelizadora de la Iglesia.
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1. Queremos ver a Jesús
La misma petición que algunos griegos presentan al apóstol Felipe resuena también hoy en nuestro corazón en este Día del Domund. El hombre del siglo XXI, como aquellos peregrinos griegos hace dos mil años, también nos grita y nos pide que quiere ver a Jesús, no sólo que le hablemos de Jesús, sino que le hagamos ver a Jesús. Que el rostro de Jesús resplandezca en todo el mundo y sea conocido por todas las gentes.
2. Id también vosotros a mi viña
Este día los protagonistas no son solo nuestros misioneros. Este día nos recuerda el mandato misionero que hemos recibido todos los bautizados y la Iglesia entera. La Iglesia es misionera por naturaleza (Ad gentes, 2). Dice el Papa en el Mensaje de este año: De hecho, la conciencia de la llamada a anunciar el Evangelio estimula no solo a cada uno de los fieles, sino a todas las comunidades diocesanas y parroquiales, a una renovación integral y a abrirse cada vez más a la cooperación misionera entre las Iglesias, para promover el anuncio del Evangelio en el corazón de cada persona, de todo el pueblo, cultura, raza, nacionalidad, y en todas las latitudes (Mensaje de Benedicto XVI para la Jornada Mundial de las Misiones 2010). Esta conciencia misionera se alimenta en la Diócesis y concretamente en nuestra Iglesia de Cádiz y Ceuta.
3. Ser misionero de una Iglesia particular
El Papa Benedicto XVI nos invita, pues, a una cooperación misionera entre las Iglesias para promover el anuncio del Evangelio en el corazón de cada persona. De ahí que el misionero no es una figura aislada, ni es un héroe arriesgado que emprende una actividad particular privada. Como han resaltado, desde el Concilio Vaticano II, todos los documentos oficiales de la Iglesia, el misionero es, ante todo, un miembro de una comunidad eclesial, un enviado de una Iglesia particular.
Por eso, en nuestros misioneros estamos implicados cada uno de nosotros. Su actividad, siempre arriesgada y tantas veces heroica, es algo muy importante para cada uno de nosotros. Todos nosotros, en cuanto bautizados y miembros de la Iglesia, hemos recibido la tarea, el gozo y la misión de comunicar la salvación que hemos experimentado, de dar a conocer a Jesús y proclamar el Reino de Dios en todas las regiones de la tierra, de extender la Iglesia y dar origen a nuevas comunidades eclesiales. Este mandato misionero compete a cada uno según el ministerio o misión que desempeña en la Iglesia: a mi como obispo, y a vosotros como laicos, religiosos o sacerdotes.
4. Gran satisfacción
Es una gran satisfacción comprobar cómo muchos miembros de nuestra Iglesia han asumido de un modo más estricto y directo esa tarea de todos. En su opción y en su compromiso son los canales por los que se expande la energía evangelizadora de todos nosotros como Iglesia. Son signo y realización de nuestra obligación evangelizadora. Ellos dan respuesta al deseo de muchos niños, adolescentes, jóvenes y adultos que gritan: ¡Queremos ver a Jesús!
5. Nuestra Iglesia Diocesana está abierta
Gracias a ellos podemos decir que nosotros, como Iglesia de Cádiz y Ceuta, somos comunidad abierta. Más aún, somos una comunidad generosamente entregada a la comunidad con las otras iglesias y con todos los hombres. Los misioneros y misioneras son por ello nuestro orgullo. Gracias a ellos nos podemos sentir orgullosos porque bajo la acción de la gracia de Dios, nuestra Iglesia llega a todas las partes del mundo.
Nuestra Iglesia llega allí donde llegan nuestros misioneros. Entonces podemos pensar que al mismo tiempo que damos respuesta al grito de queremos ver a Jesús, proclamamos cuántas lágrimas hemos contribuido a secar, cuántos pecados han sido perdonados, cuánta reconciliación ha sido celebrada, cuántas comunidades han sido congregadas, cuántas miserias han sido mitigadas y aliviadas, y cuántas personas hambrientas han sido saciadas y atendidas. Nos podemos sentir ciertamente muy cercanos a las necesidades, esperanzas y sufrimientos de tantos hombres y mujeres de quienes nos sentíamos lejanos.
6. Compromiso de cara al futuro
Esta satisfacción, al mismo tiempo que nos enorgullece y nos empuja al agradecimiento debe despertar inevitablemente nuestra responsabilidad y nuestro compromiso de cara al futuro. Entre todos debemos hacer posible que algo tan hermoso siga adelante. Ello depende de nuestra propia fidelidad y por eso de nuestra capacidad de promover nuevas vocaciones misioneras y seguir apoyándolas y valorándolas. En este día del Domund debemos tener un recuerdo especial de los misioneros que trabajan en todo el mundo, pero sobre todo los que trabajan en los países de América. Concretamente del Padre Antonio Diufain que trabaja en Perú, en la Diócesis de Moyobamba.
7. Oración y colaboración económica
Hoy, al recordar a todos nuestros misioneros, debemos sentirnos más urgidos a la oración, porque es la que mejor facilita la comunión y la cercanía. La oración hace que en Dios nos descubramos particularmente unidos todos los que trabajamos en la evangelización del mundo. Esto nos recuerda la obligación que todos tenemos de acoger la llamada misionera que el Señor suscita en el corazón de los jóvenes. Particularmente los padres, los educadores y formadores y los mismos jóvenes deben ser consciente de la responsabilidad que les incumbe a este respecto.
Finalmente, tampoco podemos olvidar las necesidades económicas de nuestros misioneros. Sus necesidades son muchas. Y si todos tenemos obligación de compartir con quienes poseen menos que nosotros en esta situación económica y de paro, hoy aparece ante nosotros los misioneros y las grandes necesidades de los países de misión. Por eso la colecta de este día adquiere un relieve especial, de disposición de voluntad de compartir nuestros bienes con todos los hombres, incluso con los más alejados de nosotros.
8. María, Estrella de la Evangelización
Miremos a la Virgen María como modelo supremo de entrega a la evangelización. Ella orientó toda su vida a comunicar al mundo entero al mismo Salvador. Bajo su mirada y con su ayuda nosotros también estamos invitados a seguir desarrollando el mismo plan de salvación en favor de todos los hombres, anunciando y dando a conocer a Nuestro Señor Jesucristo, y así a responder al grito de muchas gentes: ¡Queremos ver a Jesús!
Reza por vosotros, os quiere y bendice,
+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta
Cádiz, 11 de octubre de 2010.
jueves, 14 de octubre de 2010
miércoles, 13 de octubre de 2010
CCL Aniversario Patronazgo de la Inmaculada Concepción
Hay un aniversario en el año 2010 que marcará en Chiclana una gran celebración por la efeméride que se conmemora, que no es otro que los 250 años de la declaración de la Inmaculada Concepción como Patrona de España.
Fueron las Cortes españolas las que, a través del rey Carlos III, pidieron al Papa Clemente XIII el patronazgo, siendo concedida la bula el 8 de nobiembre de 1760, aunque no será hasta 1761 cuando dicho documento fue recibido en Sevilla dando conocimiento del patronazgo inmaculista a todos los reinos de España, repicando las campanas catedralicias en todas las catedrales españolas y durando las celebraciones más de medio año desde que se diera a conocer.
Así pues se puede hablar de dos años de celebraciones con la misma efemérides, pues en 2010 se cumple el CCL aniversario de la proclamación del patronazgo y en 2011 la llegada de la carta de Carlos III a España.
De esta forma, en nuestra ciudad, desde el Consejo Local de Hermandades y Cofradías se está llevando a cabo un programa de actos de conmemoración del mencionado aniversario.
Fueron las Cortes españolas las que, a través del rey Carlos III, pidieron al Papa Clemente XIII el patronazgo, siendo concedida la bula el 8 de nobiembre de 1760, aunque no será hasta 1761 cuando dicho documento fue recibido en Sevilla dando conocimiento del patronazgo inmaculista a todos los reinos de España, repicando las campanas catedralicias en todas las catedrales españolas y durando las celebraciones más de medio año desde que se diera a conocer.
Así pues se puede hablar de dos años de celebraciones con la misma efemérides, pues en 2010 se cumple el CCL aniversario de la proclamación del patronazgo y en 2011 la llegada de la carta de Carlos III a España.
De esta forma, en nuestra ciudad, desde el Consejo Local de Hermandades y Cofradías se está llevando a cabo un programa de actos de conmemoración del mencionado aniversario.
- El pasado día 8 de Octubre se llevó a cabo en la Iglesia de San Telmo una conferencia sobre "La Historia de Nuestra Patrona".
- El próximo 21 de Octubre se realizará otra en el mismo lugar tratando de "El Dogma de la Inmaculada Concepción de María Santísima", por el Rvdo. P. Juan Enrique Sánche Moreno, a las 20.30 horas.
- El día 8 de Noviembre, en la cripta de la Parroquia de San Juan Bautista, el Rvdo. P. David Gutiérrez dará otra conferencia a las 20.30 horas sobre "La iconogradía inmaculista".
- Del 9 al 13 de Nomviembre: Exposición sobre la Inmaculada en el Museo Taurino.
- 17 de Noviembre: Conferencia "El Patronazgo de la Purísima sobre España" a cargo de Jesús Romero Aragón.
- 5, 6 y 7 de Diciembre, Solemne Triduo en Honor a la Inmaculada Concepción en la Iglesia Mayor Parroquial, en el que participarán todas las Hermandades.
- 7 de Diciembre: Vigilia a la Inmaculada Concepción en San Telmo, organizada por todos los Grupos Jóvenes.
- 8 de Diciembre: Solemne Función Principal (11h. San Telmo)
- 8 de Diciembre: Se expondrán durante toda la jornada todas las imágenes marianas de las hermandades de Chiclana en Solemne Besamanos Extraordinario.
*Todos estos actos podrían sufrir modificaciones.
viernes, 8 de octubre de 2010
Catequesis de Confirmación. 10.10.10
Un saludo a todos:
De aquí en adelante os voy a dejar en la página de la capilla las catequesis para que por un la lado las llevéis impresas para luego trabajarla en catequesis y por otro lado para que nos sirva para ir llevando un seguimiento de lo que vamos trabajando.
Un abrazo cordial y mis catecúmenos y ya sabéis, nos vemos el domingo próximo. Podéis descargar la catequesis aquí:
Un abrazo cordial y mis catecúmenos y ya sabéis, nos vemos el domingo próximo. Podéis descargar la catequesis aquí:
miércoles, 6 de octubre de 2010
lunes, 4 de octubre de 2010
Carta pastoral:XVIII Encuentro Diocesano de Oración
XVIII Encuentro Diocesano de Oración
"El que tenga sed, venga a mí"
(Jn 7,38)
(Jn 7,38)
Mis queridos diocesanos:
El próximo 17 de octubre tendrá lugar en nuestra Diócesis el XVIII Encuentro Diocesano de Oración que fue suspendido por las fuertes lluvias e inundaciones que tuvieron lugar en el fin de semana del segundo domingo de Cuaresma. Dicha experiencia ha hecho que el Secretariado Diocesano de Grupos de Oración vea más conveniente tener esta celebración al comienzo de curso con el fin de alentar la vida de oración ya desde los primeros días del curso. Como otros años el Encuentro lo tendremos en el Colegio Salesiano de Campano (Chiclana), aprovechando el material que se tenía para el Año Sacerdotal y la parroquia misionera y evangelizadora, con la nueva aportación de síntesis del trabajo realizado en estos diez últimos años para llevar a cabo las constituciones sinodales en un clima de oración.
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1. "El que tenga sed, venga a mí"
Al comenzar un nuevo curso es necesario un nuevo impulso, un despertar nuestra sed de Dios. La sed de Dios es la que nos mueve a mantenernos en una constante oración: "Mi alma te busca a ti, Dios mío; tiene sed de Dios, del Dios vivo" (Sal 42, 2-3). Esta sed de Dios en el fondo es búsqueda de felicidad porque el ser humano tiene plenitud de vida si vive en Dios y para Dios. Jesús nos invita a que cuando tengamos esta sed le busquemos a Él: "Te busco de todo corazón" (Sal 119, 10). Bien sabe el Señor que Él puede saciar los anhelos más profundos de todo hombre y mujer. Por eso, en el Templo de Jerusalén, en el lugar más sagrado, Jesús puesto de pie, gritaba: "Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí", como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva (Jn 7, 37-38). La oración sacia nuestra sed de Dios y nos lanza a la vida para dar una respuesta y hacer presente el Reino de Dios.
Esta sed necesita despertar en cada miembro de nuestras comunidades cristianas a fin de que las comunidades estén vivas y llenas de entusiasmo por vivir el Evangelio y comunicarlo a los demás.
2. San Juan María Vianney, testigo de una profunda vida de oración
Ha pasado este Año Sacerdotal pero siempre seguirá como modelo a imitar la figura entrañable del Santo Cura de Ars. Para él, la oración envolvía su vida y era fuente de fecundidad apostólica. La experiencia de este santo con relación a la oración era experiencia de felicidad donde nos sumergimos en la profundidad del amor de Dios. Él nos dice: "La oración es toda la felicidad del hombre. Y Cuanto más se reza más se quiere rezar: es como un pez que nada en la superficie del agua y que luego va a sumergirse hasta lo profundo del mar. El alma se abisma, se hunde en el amor de su Dios. Es como cuando se vacía el contenido de un tonel en otro: nos servimos entonces de una máquina que va del uno al otro; pues lo mismo sucede con la efusión de Jesús en nuestro corazón". Como no podemos separar la felicidad de la comunión con Dios, así no podemos separar la felicidad de la oración. Es verdad que muchas veces se nos presenta la dureza de la vida pero la oración nos hace conscientes de que Dios sostiene nuestra vida.
El Santo Cura de Ars era un testimonio constante de oración, en cuanto experiencia personal y enseñanza a los demás. Así manifestaba su experiencia de Dios: "Todo bajo los ojos de Dios, todo con Dios, todo por satisfacer a Dios: ¡oh! ¡qué bello es vivir así! Vamos, mi alma, tú vas a conversar con el Buen Dios, a trabajar con él, a caminar con él, a combatir y sufrir con él. Trabajarás, pero él bendecirá tu trabajo; andarás, pero él bendecirá tus pasos; sufrirás, pero él bendecirá tus lágrimas. ¡Qué grande es, qué noble, qué consuelo hacer todo en la compañía y bajo los ojos del Buen Dios; pensar que él ve todo, que cuenta con todo! Digamos, pues, cada mañana: todo por agradaros, Dios mío; ¡todas mis acciones por ti! El pensamiento de la santa presencia de Dios es dulce y consolador. Uno no se cansa; las horas pasan como minutos; en fin, es un adelanto del cielo". Hoy hay que recordar la importancia de la oración por las vocaciones para que el Señor nos envíe santos sacerdotes, verdaderos pastores que sigan a Jesús Buen Pastor.
3. La parroquia, fuente para saciar nuestra sed en la oración
La parroquia es el lugar habitual donde crecemos en la fe, la esperanza y el amor. En ella los fieles cristianos se forman, los sacerdotes ejercen su ministerio siendo transparencia de Jesús, buen Pastor. El papa Juan XXIII tenía unas palabras muy bellas para definir lo que era una parroquia, decía: "la parroquia es la fuente de la aldea a la que todos acuden a calmar la sed". Hoy se ve necesario redescubrir esta gran verdad. Lo que busca una persona que llama a la puerta de una parroquia es la experiencia de Dios. Es sentirse tratada como Dios nos trata. La oración es el camino para modelar los corazones al estilo de Jesús. Una oración comunitaria semanal, y donde sea posible diaria, fortalecerá todo el apostolado de esa comunidad y dará a esa parroquia una hermosa fecundidad evangélica. Es por lo que siempre permanece esa llamada de hacer de nuestras parroquias auténticas comunidades orantes.
4. Valoración del sacerdocio ministerial y común de los fieles
El Papa Benedicto XVI invitó a toda la cristiandad a valorar el sacerdocio: sacerdocio ministerial y sacerdocio común de los fieles.
Por el bautismo todos los fieles cristianos nos incorporamos al sacerdocio de Cristo en lo que se ha llamado " el sacerdocio común ". Una forma de ejercer este sacerdocio es también a través de la oración, como nos dice la Constitución "Lumen gentium ": "Los fieles, en cambio, en virtud de su sacerdocio regio, concurren a la ofrenda de la Eucaristía y lo ejercen en la recepción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias, mediante el testimonio de una vida santa, en la abnegación y caridad operante" (LG 10).
Si todos los discípulos de Jesús están llamados a ser perseverantes en la oración, "orad siempre, sin desfallecer" (Lc 18, 1), es verdad que Dios llama a algunos de los fieles a animar los grupos de oración y a ser verdaderos "maestros de oración". Así pues todos los catequistas están llamados a iniciar a sus catecúmenos a la oración: "El catequista ha de estar capacitado para iniciar a los cristianos en la oración. Por consiguiente ha de conocer todo el significado del Padre Nuestro y el pensamiento que lo sostiene y alimenta, ya que es el modelo de toda oración cristiana. Igualmente ha de estar iniciado en las formas más tradicionales de la oración de la Iglesia, especialmente en la oración de los salmos". 1
Dios escoge de su pueblo a unos hombres para que ejerzan el sacerdocio ministerial con las funciones de guiar, enseñar y santificar. Respecto a la oración, el sacerdote tiene la misión de orar por la Iglesia y con la Iglesia, pero también un aspecto que no puede olvidar es el de ser " maestro de oración ": "Un aspecto, ciertamente no secundario, de la misión del sacerdote es el de ser "maestro de oración". Pero el sacerdote solamente podrá formar a los demás en la escuela de Jesús orante, si él mismo se ha formado y continúa formándose en la misma escuela" (PDV 47).
Benedicto XVI refuerza esta misma idea con unas palabras que dirigió a sacerdotes, diáconos y seminaristas el 15 de junio de 2008: "Queridos sacerdotes, como bien sabéis, para que vuestra fe sea fuerte y vigorosa, hace falta alimentarla con una oración constante. Por tanto, sed modelos de oración, convertíos en maestros de oración. Que vuestras jornadas estén marcadas por los tiempos de oración, durante los cuales, a ejemplo de Jesús, debéis dedicaros al diálogo regenerador con el Padre. Sé que no es fácil mantenerse fieles a estas citas diarias con el Señor, sobre todo hoy que el ritmo de la vida se ha vuelto frenético y las ocupaciones son cada vez más absorbentes."
Todo esto nos viene a decir que el Pueblo de Dios es un pueblo orante y que si pierde esta dimensión llega a perder su identidad. Es por lo que pido a todos los sacerdotes que tenéis a vuestro cargo una parroquia que posibilitéis la vida de oración, la iniciación a la oración, la experiencia de la oración comunitaria semanal, que tendrá como culmen la Eucaristía, como la oración por excelencia de la comunidad cristiana.
5. Los frutos del Sínodo después de estos diez años
Después de nuestro Sínodo Diocesano se ha tenido un trabajo intensivo respecto a la oración en toda nuestra Iglesia. Aunque hay algunas lagunas tales como el hecho de que en algunos lugares todavía no se ha llegado a una coordinación arciprestal de los grupos de oración y en algunas parroquias no se ha llegado a tener un encuentro de oración comunitaria semanal, el Secretariado se ha mantenido vivo y dinámico.
Hay que seguir ilusionados en dinamizar todo lo que sea oración en nuestra Iglesia diocesana, una oración comprometida con la vida, que nos lance a la solidaridad y a la entrega a los más pobres y desfavorecidos, donde todo el dolor y sufrimiento de nuestro pueblo sea elevado a Dios nuestro Padre. En estos momentos no podemos olvidar a tantas familias que padecen el paro y la crisis económica.
Al Secretariado Diocesano de Grupos de Oración se les ha encomendado esta misión, por ello abrid las puertas de las parroquias a la experiencia de la oración pues la oración debe de ser el alma del apostolado ya que es la que da profundidad a nuestra labor pastoral.
Os recuerdo las propuestas de las Constituciones sinodales para que podáis hacer una revisión de la dimensión orante de vuestras comunidades:
La Constitución sinodal sobre la Iglesia y los pobres nos dice en su artículo 9 que la opción preferencial por los pobres pertenece a la esencia de las diversas acciones eclesiales, entre ella la Catequesis donde los catecúmenos se ejercitan en la oración personal y comunitaria.
La Constitución sinodal sobre la Evangelización de los alejados en su artículo 13 nos habla de que una nota esencial de una espiritualidad misionera es la comunión íntima con Cristo a través de la oración y los sacramentos, especialmente de la Eucaristía, destacando como uno de los rasgos de una verdadera espiritualidad apostólica el espíritu orante.
La Constitución sinodal sobre la Promoción de los laicos nos dice en su artículo 13 que el conocimiento de la Escritura no puede olvidar que su lectura debe de ir acompañada de la oración, y en el artículo 19 que sin la oración se pierde el sentido espiritual y trascendente de nuestra labor evangelizadora, y el cansancio y los fracasos puede agotar a los mejores apóstoles y militantes cristianos.
La Constitución sinodal sobre la Celebración de la Fe y la Pastoral de los Sacramentos en su artículo 8 nos dice que junto a la vida celebrativa no puede olvidarse la presencia de la oración en la experiencia cristiana de cada creyente y de toda comunidad, el cristiano es llamado a orar en común tanto en la modalidad de la Oración litúrgica como otras formas. A una creciente conciencia del valor y de la necesidad de la oración, es necesario responder con una adecuada iniciación y un ejercicio frecuente. El artículo 30 insiste en esta iniciación a la oración aplicada a los niños, jóvenes y adultos, así como en la importancia de la Liturgia de las Horas.
6. Nuevo impulso desde el Secretariado Diocesano de Grupos de Oración
Recientemente ha sido renovado este Secretariado con nuevos miembros que se han incorporado con una nueva ilusión y entusiasmo para llevar a cabo su tarea. La Renovación Carismática, el Apostolado de la Oración, Adoración Nocturna, Talleres de Oración y Vida, Verbum Dei, Velad y Orad, el grupo Natanael del Seminario Diocesano y otros están al servicio de nuestra Iglesia y podéis contar con ellos.
Se ha incorporado a este Secretariado nuestro hermano ermitaño Carlos García de Paredes que ya está instalado en la Ermita de los Santos Mártires, de Medina Sidonia y está trabajando para darle una nueva vida.
El Espíritu Santo sigue derramando su gracia y sus carismas sobre nuestra Iglesia, aprovechemos este momento histórico e intentemos todos los que podáis participar de este próximo Encuentro de Oración que pretende animar la dimensión orante de nuestra Iglesia.
María, la gran orante, nos acompaña y nos alienta en este camino para que lleguemos a hacer de todas nuestras parroquias comunidades orantes, evangelizadoras y misioneras.
______________________
1 Sagrada Congregación para el clero, El catequista y su formación, EDICE, Madrid 1985, [CF 133].
Reza por vosotros, os quiere y os bendice,
+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta
Cádiz, 27 de septiembre de 2010.
Al comenzar un nuevo curso es necesario un nuevo impulso, un despertar nuestra sed de Dios. La sed de Dios es la que nos mueve a mantenernos en una constante oración: "Mi alma te busca a ti, Dios mío; tiene sed de Dios, del Dios vivo" (Sal 42, 2-3). Esta sed de Dios en el fondo es búsqueda de felicidad porque el ser humano tiene plenitud de vida si vive en Dios y para Dios. Jesús nos invita a que cuando tengamos esta sed le busquemos a Él: "Te busco de todo corazón" (Sal 119, 10). Bien sabe el Señor que Él puede saciar los anhelos más profundos de todo hombre y mujer. Por eso, en el Templo de Jerusalén, en el lugar más sagrado, Jesús puesto de pie, gritaba: "Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí", como dice la Escritura: De su seno correrán ríos de agua viva (Jn 7, 37-38). La oración sacia nuestra sed de Dios y nos lanza a la vida para dar una respuesta y hacer presente el Reino de Dios.
Esta sed necesita despertar en cada miembro de nuestras comunidades cristianas a fin de que las comunidades estén vivas y llenas de entusiasmo por vivir el Evangelio y comunicarlo a los demás.
2. San Juan María Vianney, testigo de una profunda vida de oración
Ha pasado este Año Sacerdotal pero siempre seguirá como modelo a imitar la figura entrañable del Santo Cura de Ars. Para él, la oración envolvía su vida y era fuente de fecundidad apostólica. La experiencia de este santo con relación a la oración era experiencia de felicidad donde nos sumergimos en la profundidad del amor de Dios. Él nos dice: "La oración es toda la felicidad del hombre. Y Cuanto más se reza más se quiere rezar: es como un pez que nada en la superficie del agua y que luego va a sumergirse hasta lo profundo del mar. El alma se abisma, se hunde en el amor de su Dios. Es como cuando se vacía el contenido de un tonel en otro: nos servimos entonces de una máquina que va del uno al otro; pues lo mismo sucede con la efusión de Jesús en nuestro corazón". Como no podemos separar la felicidad de la comunión con Dios, así no podemos separar la felicidad de la oración. Es verdad que muchas veces se nos presenta la dureza de la vida pero la oración nos hace conscientes de que Dios sostiene nuestra vida.
El Santo Cura de Ars era un testimonio constante de oración, en cuanto experiencia personal y enseñanza a los demás. Así manifestaba su experiencia de Dios: "Todo bajo los ojos de Dios, todo con Dios, todo por satisfacer a Dios: ¡oh! ¡qué bello es vivir así! Vamos, mi alma, tú vas a conversar con el Buen Dios, a trabajar con él, a caminar con él, a combatir y sufrir con él. Trabajarás, pero él bendecirá tu trabajo; andarás, pero él bendecirá tus pasos; sufrirás, pero él bendecirá tus lágrimas. ¡Qué grande es, qué noble, qué consuelo hacer todo en la compañía y bajo los ojos del Buen Dios; pensar que él ve todo, que cuenta con todo! Digamos, pues, cada mañana: todo por agradaros, Dios mío; ¡todas mis acciones por ti! El pensamiento de la santa presencia de Dios es dulce y consolador. Uno no se cansa; las horas pasan como minutos; en fin, es un adelanto del cielo". Hoy hay que recordar la importancia de la oración por las vocaciones para que el Señor nos envíe santos sacerdotes, verdaderos pastores que sigan a Jesús Buen Pastor.
3. La parroquia, fuente para saciar nuestra sed en la oración
La parroquia es el lugar habitual donde crecemos en la fe, la esperanza y el amor. En ella los fieles cristianos se forman, los sacerdotes ejercen su ministerio siendo transparencia de Jesús, buen Pastor. El papa Juan XXIII tenía unas palabras muy bellas para definir lo que era una parroquia, decía: "la parroquia es la fuente de la aldea a la que todos acuden a calmar la sed". Hoy se ve necesario redescubrir esta gran verdad. Lo que busca una persona que llama a la puerta de una parroquia es la experiencia de Dios. Es sentirse tratada como Dios nos trata. La oración es el camino para modelar los corazones al estilo de Jesús. Una oración comunitaria semanal, y donde sea posible diaria, fortalecerá todo el apostolado de esa comunidad y dará a esa parroquia una hermosa fecundidad evangélica. Es por lo que siempre permanece esa llamada de hacer de nuestras parroquias auténticas comunidades orantes.
4. Valoración del sacerdocio ministerial y común de los fieles
El Papa Benedicto XVI invitó a toda la cristiandad a valorar el sacerdocio: sacerdocio ministerial y sacerdocio común de los fieles.
Por el bautismo todos los fieles cristianos nos incorporamos al sacerdocio de Cristo en lo que se ha llamado " el sacerdocio común ". Una forma de ejercer este sacerdocio es también a través de la oración, como nos dice la Constitución "Lumen gentium ": "Los fieles, en cambio, en virtud de su sacerdocio regio, concurren a la ofrenda de la Eucaristía y lo ejercen en la recepción de los sacramentos, en la oración y acción de gracias, mediante el testimonio de una vida santa, en la abnegación y caridad operante" (LG 10).
Si todos los discípulos de Jesús están llamados a ser perseverantes en la oración, "orad siempre, sin desfallecer" (Lc 18, 1), es verdad que Dios llama a algunos de los fieles a animar los grupos de oración y a ser verdaderos "maestros de oración". Así pues todos los catequistas están llamados a iniciar a sus catecúmenos a la oración: "El catequista ha de estar capacitado para iniciar a los cristianos en la oración. Por consiguiente ha de conocer todo el significado del Padre Nuestro y el pensamiento que lo sostiene y alimenta, ya que es el modelo de toda oración cristiana. Igualmente ha de estar iniciado en las formas más tradicionales de la oración de la Iglesia, especialmente en la oración de los salmos". 1
Dios escoge de su pueblo a unos hombres para que ejerzan el sacerdocio ministerial con las funciones de guiar, enseñar y santificar. Respecto a la oración, el sacerdote tiene la misión de orar por la Iglesia y con la Iglesia, pero también un aspecto que no puede olvidar es el de ser " maestro de oración ": "Un aspecto, ciertamente no secundario, de la misión del sacerdote es el de ser "maestro de oración". Pero el sacerdote solamente podrá formar a los demás en la escuela de Jesús orante, si él mismo se ha formado y continúa formándose en la misma escuela" (PDV 47).
Benedicto XVI refuerza esta misma idea con unas palabras que dirigió a sacerdotes, diáconos y seminaristas el 15 de junio de 2008: "Queridos sacerdotes, como bien sabéis, para que vuestra fe sea fuerte y vigorosa, hace falta alimentarla con una oración constante. Por tanto, sed modelos de oración, convertíos en maestros de oración. Que vuestras jornadas estén marcadas por los tiempos de oración, durante los cuales, a ejemplo de Jesús, debéis dedicaros al diálogo regenerador con el Padre. Sé que no es fácil mantenerse fieles a estas citas diarias con el Señor, sobre todo hoy que el ritmo de la vida se ha vuelto frenético y las ocupaciones son cada vez más absorbentes."
Todo esto nos viene a decir que el Pueblo de Dios es un pueblo orante y que si pierde esta dimensión llega a perder su identidad. Es por lo que pido a todos los sacerdotes que tenéis a vuestro cargo una parroquia que posibilitéis la vida de oración, la iniciación a la oración, la experiencia de la oración comunitaria semanal, que tendrá como culmen la Eucaristía, como la oración por excelencia de la comunidad cristiana.
5. Los frutos del Sínodo después de estos diez años
Después de nuestro Sínodo Diocesano se ha tenido un trabajo intensivo respecto a la oración en toda nuestra Iglesia. Aunque hay algunas lagunas tales como el hecho de que en algunos lugares todavía no se ha llegado a una coordinación arciprestal de los grupos de oración y en algunas parroquias no se ha llegado a tener un encuentro de oración comunitaria semanal, el Secretariado se ha mantenido vivo y dinámico.
Hay que seguir ilusionados en dinamizar todo lo que sea oración en nuestra Iglesia diocesana, una oración comprometida con la vida, que nos lance a la solidaridad y a la entrega a los más pobres y desfavorecidos, donde todo el dolor y sufrimiento de nuestro pueblo sea elevado a Dios nuestro Padre. En estos momentos no podemos olvidar a tantas familias que padecen el paro y la crisis económica.
Al Secretariado Diocesano de Grupos de Oración se les ha encomendado esta misión, por ello abrid las puertas de las parroquias a la experiencia de la oración pues la oración debe de ser el alma del apostolado ya que es la que da profundidad a nuestra labor pastoral.
Os recuerdo las propuestas de las Constituciones sinodales para que podáis hacer una revisión de la dimensión orante de vuestras comunidades:
La Constitución sinodal sobre la Iglesia y los pobres nos dice en su artículo 9 que la opción preferencial por los pobres pertenece a la esencia de las diversas acciones eclesiales, entre ella la Catequesis donde los catecúmenos se ejercitan en la oración personal y comunitaria.
La Constitución sinodal sobre la Evangelización de los alejados en su artículo 13 nos habla de que una nota esencial de una espiritualidad misionera es la comunión íntima con Cristo a través de la oración y los sacramentos, especialmente de la Eucaristía, destacando como uno de los rasgos de una verdadera espiritualidad apostólica el espíritu orante.
La Constitución sinodal sobre la Promoción de los laicos nos dice en su artículo 13 que el conocimiento de la Escritura no puede olvidar que su lectura debe de ir acompañada de la oración, y en el artículo 19 que sin la oración se pierde el sentido espiritual y trascendente de nuestra labor evangelizadora, y el cansancio y los fracasos puede agotar a los mejores apóstoles y militantes cristianos.
La Constitución sinodal sobre la Celebración de la Fe y la Pastoral de los Sacramentos en su artículo 8 nos dice que junto a la vida celebrativa no puede olvidarse la presencia de la oración en la experiencia cristiana de cada creyente y de toda comunidad, el cristiano es llamado a orar en común tanto en la modalidad de la Oración litúrgica como otras formas. A una creciente conciencia del valor y de la necesidad de la oración, es necesario responder con una adecuada iniciación y un ejercicio frecuente. El artículo 30 insiste en esta iniciación a la oración aplicada a los niños, jóvenes y adultos, así como en la importancia de la Liturgia de las Horas.
6. Nuevo impulso desde el Secretariado Diocesano de Grupos de Oración
Recientemente ha sido renovado este Secretariado con nuevos miembros que se han incorporado con una nueva ilusión y entusiasmo para llevar a cabo su tarea. La Renovación Carismática, el Apostolado de la Oración, Adoración Nocturna, Talleres de Oración y Vida, Verbum Dei, Velad y Orad, el grupo Natanael del Seminario Diocesano y otros están al servicio de nuestra Iglesia y podéis contar con ellos.
Se ha incorporado a este Secretariado nuestro hermano ermitaño Carlos García de Paredes que ya está instalado en la Ermita de los Santos Mártires, de Medina Sidonia y está trabajando para darle una nueva vida.
El Espíritu Santo sigue derramando su gracia y sus carismas sobre nuestra Iglesia, aprovechemos este momento histórico e intentemos todos los que podáis participar de este próximo Encuentro de Oración que pretende animar la dimensión orante de nuestra Iglesia.
María, la gran orante, nos acompaña y nos alienta en este camino para que lleguemos a hacer de todas nuestras parroquias comunidades orantes, evangelizadoras y misioneras.
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1 Sagrada Congregación para el clero, El catequista y su formación, EDICE, Madrid 1985, [CF 133].
Reza por vosotros, os quiere y os bendice,
+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta
Cádiz, 27 de septiembre de 2010.
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